5 de agosto de 2011

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Yo no pongo las normas en este juego, no elijo mis obstáculos en este camino, no elijo el compañero que me acompaña en este viaje llamado vida. No soy yo la que decide avanzar una casilla o saltarme fases de felicidad, no soy la que decide arriesgarse, yo solo hago mis pasos uno a uno, intentando no dejarme ni a nada ni a nadie, intentando no tropezar con cada obstáculo. Ya que dicen que la misma persona es capaz de tropezar dos, tres o hasta cuatro veces incluso con la misma piedra. Esa piedra seria por ejemplo la persona que nos quiere, siempre se pone en medio, ante todo ella tiene que ser la primera, la que sujetes, no vale tirarla al vacío, no vale dejar caer la por si sola, no vale guardarla para siempre en tu corazón, no vale aferrarse a ella como si fuera el pasado. Lo único que puedes hacer es seguir con ella o dejarla hacer, con tus otros obstáculos, los obstáculos serian tus enemigos, la gente que te impide que seas feliz, pero lo que ellos no han aprendido aun es que tu seras feliz siempre, con los acompañantes que te rodean, lo que pretenden, es que caigas con ellos, te rindas, te llenes de heridas y no puedas seguir caminando, lo que no saben ellos es que vas con todas las fuerzas que necesitas, ya que, la esperanza es lo último que se pierde. Tus acompañantes van a estar siempre ahí, algunos se irán sin avisar, otros se volverán obstáculos y de otros te seguirán todo el camino sin dejarte ni un poco atrás ni un poco delante, ellos van a estar cuando te caigas con los malditos obstáculos, ellos van a recoger cada una de tus lagrimas echadas por tus ojos sin razón alguna, ellos te harán ser feliz, pero tu a cambio tienes que hacer lo mismo, porque si no entonces, el juego se termina, uno no puede seguir el camino solo, tiene que tener a alguien a su lado para cuando las cosas vayan mal. Uno sabe cuando ha llegado a un punto donde no se puede ser mas feliz, uno nunca termina su camino, simplemente lo deja. El juego es fácil, aprende a jugar, gana y todo sera más fácil. El mío se llama vida, ¿el tuyo?

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