7 de agosto de 2011

Cambiar el futuro , más de uno quisiera .

Es increíble la de veces que me paro a pensar que podría pasar en el futuro, tantas noches dando vueltas en mi cama sin saber la mínima respuesta de nada. Hoy sigo teniendo las mismas dudas, ordenándolas para que luego cada una de ellas tome el sentido irrelevante que les pertoca, ¿Y qué?. Es sólo un juego, un tira y afloja sentimental, que nos lleva a donde quiere, que nos vuelve locos y nos droga con su picardía, ¿Y qué le vamos a hacer?. Nada, nada por el simple hecho de que nos encanta. Como por ejemplo un arranque de coche, te preguntan: ¿Te da miedo que corra? a lo que tú sin tener ni idea respondes un sí bastante correcto para tu inseguridad, y es que luego comprendes que quieres esa rapidez contigo, que acelere y que frene en seco, que te acaricie y te diga que le gustas, ese desenfreno de emociones que te lleva a la irrevocable idea de la pasión y que por una y mil veces repites que por favor no pare de acelerar. Y es así, así te das cuenta de que te haces mayor, de que en estos últimos años, meses, días, horas, han cambiado tus gustos u emociones a grandes rasgos comparados con los de antes; te preguntas ¿como coño he llegado a este extremo?. De saber y no saber, de adivinar y después aprender, de equivocarse y rectificar. Que para algo somos jóvenes y que a este mundo no hemos venido a sufri

Cambiar el futuro , más de uno quisiera .

Es increíble la de veces que me paro a pensar que podría pasar en el futuro, tantas noches dando vueltas en mi cama sin saber la mínima respuesta de nada. Hoy sigo teniendo las mismas dudas, ordenándolas para que luego cada una de ellas tome el sentido irrelevante que les pertoca, ¿Y qué?. Es sólo un juego, un tira y afloja sentimental, que nos lleva a donde quiere, que nos vuelve locos y nos droga con su picardía, ¿Y qué le vamos a hacer?. Nada, nada por el simple hecho de que nos encanta. Como por ejemplo un arranque de coche, te preguntan: ¿Te da miedo que corra? a lo que tú sin tener ni idea respondes un sí bastante correcto para tu inseguridad, y es que luego comprendes que quieres esa rapidez contigo, que acelere y que frene en seco, que te acaricie y te diga que le gustas, ese desenfreno de emociones que te lleva a la irrevocable idea de la pasión y que por una y mil veces repites que por favor no pare de acelerar. Y es así, así te das cuenta de que te haces mayor, de que en estos últimos años, meses, días, horas, han cambiado tus gustos u emociones a grandes rasgos comparados con los de antes; te preguntas ¿como coño he llegado a este extremo?. De saber y no saber, de adivinar y después aprender, de equivocarse y rectificar. Que para algo somos jóvenes y que a este mundo no hemos venido a sufri