3 de enero de 2012

Estar solo, no es casualidad.

Donde no habían lagrimas que derramar, sólo habían sonrisas, en las que nada era negro, donde nunca había deseado la soledad y ahora, de repente aveces prefiero estar asolas con el silencio donde nada ni nadie me pueda molestar, donde no halla lagrimas que derramar solo estará el silencio, dulce y delicioso silencio.
La soledad aveces es lo que más deseamos de lo que más disfrutamos, aveces no necesitamos a nadie en quien apoyarnos solo necesitamos la simple y silenciosa soledad.

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